13 noviembre 2007

Exprime tu Biblia!!! (2a. Parte)

“APARTA MIS OJOS PARA QUE NO SE FIJEN EN COSAS VANAS; AVÍVAME EN TU CAMINO” (Salmo 119: 37)
Cuentan la historia de una cristiana cuya única lectura diaria de la Biblia era la que obtenía de una cajita con versículos... Un día, metió la mano en la caja y sacó éste: “Judas... salió, y fue y se ahorcó” (Mateo 27: 3, 5b)... Inmediatamente tomó otro, que decía: “...haga lo mismo” (Lucas 3: 11b)... Frustrada, puso la mano de nuevo y retiró un tercero que decía: “Lo que vas a hacer, hazlo pronto” (Juan 13:27b).

El método de “quita y pon” o el de “abrir y cerrar” no producirá los resultados que el Señor quiere para nuestras vidas. Necesitamos un plan sistemático y constante de estudio bíblico...
...Y no debemos saltarnos ningún pasaje o ninguna sección de la Biblia.
El Antiguo Testamento es tan Palabra de Dios como el Nuevo; lástima que muchos de nosotros no lo leamos.

¡Qué vergonzoso sería encontrarnos en el Cielo con Sofonías y que nos preguntara: “¿Te gustó mi libro?”

IcthuHerman@, recuerda: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil...” (2 Timoteo 3: 16).Un buen Icthus, y buen creyente, fiel estudiante de la Biblia, básicamente sigue los mismos procedimientos que un detective: Lo primero que hace es buscar pistas... No dice nada, no interpreta nada, ni saca conclusiones; todo lo que hace es examinar los detalles.

Primero, se da cuenta de las cosas que normalmente la gente pasa por alto, ya que está entrenado para examinarlas.

Segundo, empieza a hacer preguntas basándose en lo que ha observado.

Tercero, después de un estudio meticuloso y demás pesquisas comienza a ordenar las evidencias y a interpretar lo que tiene.

Cuarto, compara y relaciona cada cosa, juntando todas las evidencias que ha acumulado para ver cómo cada cosa está vinculada con las demás.

Y por último, saca una conclusión y hace una decisión sobre la base de lo que cree que realmente ocurrió y quién(es) estaba(n) involucrado(s); y después, se pregunta:
‘¿Cómo puedo aplicarlo a la voluntad de Dios para mi vida?’
‘¿Cómo puedo favorecer a mi prójimo con mi transformación por medio de la Palabra?’
‘¿Cómo se va a transformar mi “yo” en esclavo espiritual de servicio a mi familia y sociedad?’.

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