20 noviembre 2007

¿¡¡¡Sómos Terceros!!!?


“...CON HUMILDAD, ESTIMANDO CADA UNO A LOS DEMÁS COMO SUPERIORES A ÉL MISMO” (Filipenses 2: 3b)

Un hombre se compró un lujoso televisor nuevo, y unos vecinos le estaban ayudando para colocar la antena en el tejado... No estaban adelantando mucho, hasta que alguien nuevo en el vecindario apareció con una lujosa caja de herramientas...

Así terminaron el trabajo en cuestión de minutos.
Entre saludos y felicidad, le preguntaron al nuevo vecino qué era lo que hacía normalmente con esas herramientas tan sofisticadas... Sonriendo, contestó: “Principalmente, ¡hago amigos!”.

Desgraciadamente, esta clase de conducta servicial ha dejado de ser la norma en nuestra sociedad... El egoísmo se ha convertido en el procedimiento habitual, incluso entre muchos Herman@s en Cristo.

La Biblia dice que en los últimos días habrá hombres amadores de sí mismos, vanidosos, ingratos y engreídos (2ª Timoteo 3: 1 - 4).

¿Has percibido en tu vida algo parecido últimamente?
Intenta ocupar un sitio para aparcar que otro conductor quiere tener, y quizás hasta te insulten.
Observa a los tratan de subir al autobús, empujándose para ganar unos segundos.

Y ya que estamos con el tema ¿qué me dices cuando otro toca “tu asiento” en la iglesia, ése que has estado calentando durante treinta años?
El principio de poner a los demás primero no se originó como una estrategia científica de las relaciones públicas, sino que vino directamente del Dios que inspiró a Pablo a escribir: “...con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo... No busquéis vuestro propio provecho, sino el de los demás” (Filipenses 2: 3b - 4).

Jesús mismo dijo: “...todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos...” (Mateo 7: 12)... De manera que la próxima vez que alguien te corte el camino conduciendo, o te trate con menos cortesía y consideración de la que esperabas; en vez de disgustarte y vengarte, úsalo como una oportunidad para practicar eso de poner al otro primero... Demostremos, no sólo de palabra, sino con hechos, ¡que somos terceros!

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